Crónica Marathón Athenas 2019
12 de Noviembre de 2019
Últimamente me planteo mis retos deportivos con mucho tiempo y mas calma. Hace 365 días me plantee Atenas y los 42.195 en casa de Filipides. Ha sido la maratón mas meditada de todas.
Para quién no conozca la historia, la maratón es la prueba más dura del atletismo, y debe su nombre a la batalla de Maratón que enfrentó a Atenienses y Persas. Cuenta la leyenda, que En la ciudad griega de Atenas, las mujeres esperaban saber si sus maridos salían victoriosos o derrotados por los persas en la batalla en la llanura de Maratón, lugar ubicado aproximadamente a 42 km, debido que sus enemigos persas habían jurado que tras vencer a los griegos irían a Atenas a saquear la ciudad, y sacrificar a los niños. Al conocer esto, los griegos decidieron que si las mujeres de Atenas no recibían la noticia de la victoria griega antes de 24 horas, coincidiendo con la puesta del Sol, serían ellas mismas quienes matarían a sus hijos y se suicidarían a continuación. Los griegos ganaron la batalla, pero les llevó más tiempo del esperado, así que corrían el riesgo de que sus mujeres, por ignorarlo, ejecutasen el plan y matasen a los niños y se suicidasen después. El general ateniense Milciades el Joven decidió enviar un mensajero a dar la noticia a la polis griega. Y aquí se mezcla la historia con la leyenda: Filípides, además de haber estado combatiendo un día entero, tuvo que recorrer una distancia de unos 40 km para dar la noticia, puesto que la ciudad de Maratón está al noroeste de Atenas, a no mucha distancia. Tomó tanto empeño en llegar a su destino a la mayor brevedad que, cuando llegó, cayó agotado y antes de morir sólo pudo decir una palabra: “νίκη” ( -Níki- victoria en griego antiguo)
Un día hace 10 años cuando empece mis batallas con el Maratón tuve muy claro que mi ultima a correr seria la verdadera Maratón, la original, aquella donde empezó todo.
Y así tras mucho meditar este 2019 era el año de la ultima, no iba a dejar pasarlo más, y es por una sencilla razón, porque las promesas y los sueños son para cumplirlos.
Gracias a los buenos resultados obtenidos en otras maratones, tenía un dorsal en el bloque 2, de 17 bloques que es muy delante en la línea de salida, pegadito a los élite, todo un premio aunque no estuviera en mi mejor momento, pero que había que aprovecharlo para correr y disfrutar.
Llega el día de la carrera, 5 de la mañana, no hace falta que suene el despertador, no tengo nervios, me encuentro mas tranquilo de normal, sé a lo que he venido a Atenas, y eso es lo que voy a hacer, disfrutar.
A las 5:15 había quedado con mi compañero de fatiga David
Subimos a desayunar y el hotel está lleno de maratonianos. Desayunamos rápido y para la plaza Omonia que es uno de los lugares de donde salen los autobuses hacia Maratón, porque que nadie se olvide que hay que ir a 42 kms para volver.
Organización impresionante, trasladar 20.000 maratonianos es llenar un autobús y llegar el siguiente para volver a llenarlo de corredores. El traslado a Maratón nos hace ver lo que nos espera, estamos haciendo el recorrido en sentido contrario y aunque en autobús, se nota el desnivel del recorrido y lo que hemos leído sobre su dureza es mas que cierto. Una vez en Maratón, el autobús te deja a 500 m de la salida los cuales hay que cubrir andando, en el camino aparecen cientos de voluntarios que te ofrecen un chubasquero para evitar el frío y aparecen un montón de furgonetas DHL numeradas con un rango de dorsales para dejar tu bolsa del corredor que te entregan al dar el dorsal. Miles de corredores cambiándose para dejar la mochila e ir hacia la salida, es una imagen impresionante. Al llegar a la salida, te ofrecen agua para hidratarnos y ya solo queda esperar 1 hora para poder salir.
En ese momento, busco una de las imágenes del día, la llama olímpica. La llama olímpica permanece permanentemente en Maratón durante todo el año y aparece en un pedestal al final de unas escaleras.
Un poco de calentamiento, pis y al bloque 2 que es el mío. Y David un poco mas retrasado en el 5 .
5 minutos antes de salir otra de las imágenes del día, todos levantamos el brazo derecho y realizamos el juramento olímpico, tanto en griego como en inglés, impresionante, los pelos como escarpias. Una vez finalizado ahora sí que si, sólo quedan 3 cosas, correr como Filipides, disfrutar como nunca y acabar como siempre.
Pistoletazo de salida, y comienza a llover, no me lo puedo creer, está lloviendo en Grecia, parece imposible con el día que tuvimos ayer, y como llueve madre mía, lo primero que pienso es, sé que iba a llover, que había mirado tiempo, pero no tan pronto, ni tan fuerte. Seguidamente pienso, bueno, pues si así... más épico, mejor, que sea lo más parecido a lo que sufrió Filipides, sigo con el mismo ritmo cómodo que sé que va a ser dura esta maratón. Idea muy clara, a 6min/kms, aunque al principio voy un poco más rápido por la emoción, 4:45, y pensando que en las duras cuestas arriba perdería un poco mi objetivo.
Km 4, nos sacan de la carretera general y nos meten hacia las playas de Maratón, y rodeamos la colina exactamente donde se desarrolló la batalla, apetece parar e inmortalizar el momento, pero sigue lloviendo, y la veo, ahí está imponente la montaña donde según la leyenda están los restos de los atenienses muertos en la batalla.
Creo que en este momento es cuando realmente me di cuenta de que estaba viviendo parte de la historia que había leído, y como si de una señal se tratará dejó de llover. En el km 6 se vuelve a la carretera general que ya no abandonaremos hasta el final
Otra de las características de esta maratón además de su dureza (El perfil, como ya anuncian en su web, es DURO. No engañan a nadie), es una de las más duras de su nivel, es la animación. La gente es increíble, jamás, repito, jamás había vivido lo que viví el domingo, desde el km 0 hasta el 42, sólo se oía una palabra: BRAVO
BRAVO es la forma que tienen los griegos de animar, y muchos se desgañitaron por hacerlo
Llegamos al primer pueblo y el Bravo empieza a sonar, se empiezan a ver las primeras ramas de olivo. La gente te ofrece ramas de olivo como símbolo de suerte para poder correr la carrera, de momento no cojo ninguna, me centro en mantener mi ritmo de 5 min/km y en este tramo hasta el km 10 es fácil porque es bastante llano
Llego al km 10, tiempo esperado 51 min, voy muy bien, a ritmo machacón pero bien
Aquí comienza el maratón, del km 10 al km 17 es un terreno rompe piernas con tramos realmente duros, y pienso que la clave de esta maratón es no venirse arriba en esta zona.
Km 12, Nea Makri, primer pueblo, en cuesta, simplemente impresionante, nada más entrar música y gente bailando el Sirtaky, la gente cierra la carretera y te hacen sentir como un héroe abriéndose a tu paso, te hacen sentir como Filípides, los niños sacan las manos para que se las choques, es muy fácil venirse arriba pero hay que tener cabeza, y yo les choco esas manos, eso me da energía.
Salimos del pueblo y viene una de las zonas más tristes de todo el recorrido, pasamos por la zona que se quemó en el verano triste de 2018 con los incendios en todo el país, a ambos lados de la carretera está todo quemado, y el paisaje es desolador, además es en cuesta, menos mal que vuelven los bravo de la gente
Km 15, momento de tomar el primer gel poco a poco, hasta en el próximo avituallamiento (hay avituallamientos cada 2,5kms) y allí lo acabare con liquido, llevo tres geles como siempre para la maratón. Esta zona se me está haciendo muy muy pastosa, voy bien pero se me está haciendo largo, son repechos y llanos, pero no acabo de coger un ritmo fácil hasta que se llega al km 16 donde empieza una bajada de un kilómetro que desemboca en el pueblo de Rafina
Km 17 Rafina, aquí empieza la verdadera subida, ahora hay que tener cabeza y calma, son 14 kms de continua subida, no muy dura pero tiene lo suyo, y algún repecho de mucho respeto.
El pasillo se cierra y vuelvo a ver a la gente bailando el Syrtaki otra vez, y como no vuelvo a oír a cada una de las personas con su bravo, poco a poco toca buscar la media maratón, lentamente subir lentamente y no venirse arriba, difícil pues el viento sopla muy fuerte de cara, esta es la peor zona porque apenas hay pueblos. Llego a la media maratón, y la paso en 1h 58’, perfecto, sé que se me va a ir un poco, pero mas o menos lo previsto
Cada kilómetro de la maratón está marcado por una señal permanente que está ahí todo el año por si alguno se anima a hacerla por su cuenta, pero yo no se lo recomiendo
Llego al km 25, he bebido mucha agua, y esta empieza hacer su efecto, así que decido parar un poco y vaciar, y sobretodo cambiar un poco el chip. Pienso, solo quedan 6 kms de subida, vamos, poco a poco voy cogiendo la referencia de otros corredores. Momento gel, el segundo
Vuelvo a la carretera, y veo como por la izquierda se acerca la tormenta que estaba anunciada, efectivamente, km 26, segunda caladura del día, pero esta es muy fuerte, yo creo que nos acompañará hasta el final.
Km 31 Agya, aquí acaba la subida, sigue lloviendo, pero sé que aquí acaba lo malo, de aquí al Panatinaikon ya no hay más repechos, comienza la bajada, y en el km 33, deja de llover, ¿un signo de los dioses?, tal vez.
Poco a poco busco el muro del maratón, km 31, km 32, km 33, pero de momento no llega, hoy no, voy controlando muy bien el cansancio.
Km 34, entramos en Atenas, entramos por la autopista que lleva al aeropuerto, y poco a poco entrar en la ciudad, disfrutando. He llegado como yo quería, a los últimos 8 kms muy muy bien de fuerzas.
Km 35, pasamos junto a los aficionados del Panatinaicos que gritan sin cesar, “bravo bravo bravo”. Momento del ultimo gel, mismo ritual para tomarlo
Km 36, veo delante a David que hace una parada tecnica (PIPI) no me he dado cuenta cuando me ha adelantado ni el me ha visto. Es un buen km. para encontrar un compañero hasta meta. Intentamos llegar juntos al final, pero su ritmo es un poco superior al mio me descuelgo poco a poco sin decirle nada, prefiero conservar y asegurar.
Km 37,5 solo 5 kms de esfuerzo, lo tengo, no evitó ni los charcos, he metido la directa, voy muy bien, pero las fuerzas a estas alturas son las que son , así llego hasta el km 39, ahora sí que si, ya estamos en el centro de Atenas, hay que atravesarla para llegar al estadio, y aquí si ya era una locura los gritos de ánimo de la gente, esto ya es el no va mas, bravo, bravo, bravo, no sé si llorar o darles un abrazo, solo me sale devolverles el bravo. A partir de aquí me encuentro con varios corredores con problemas, les animo para no desanimarme yo, son momentos duros hasta el km 40. pero ahora solo toca sonreír
Km 40, 2 kilómetros solo, lo voy a lograr, 12 minutos, 12 minutos para cumplir uno de los sueños de mi vida, el Panatinaicon, y voy bien, voy muy bien a 5:30, pica hacia abajo
Km 41, al fondo veo el monumento al corredor, la gente sigue gritando bravo, bravo
Paso el monumento, luego un zig-zag y la antepenúltima recta, si lo he visto, esa curva a izquierdas la he visto en infinidad de videos, y ahora yo soy el protagonista, esa recta está aquí, esa recta es la que lleva a la bajada al Panatinaicon. Tomo la curva, km 41,6 quedan 500 metros, yo creía que estaba más cerca, bajo por la ancha avenida siguiendo la raya azul del maratón y a la izquierda veo los soldados con el típico traje griego, esta avenida es impresionante, está atestada de gente,”bravo bravo bravo”, siempre quedará en mi mente los ánimos de la gente en esta carrera.
Entrada al Panatinaicon, cartel de 250 m, y es tal y como lo soñé, me da igual todo, me da igual el crono, la lluvia, todo, solo intento ver a mi mujer pero no la encuentro, banderas de todos los países, el estadio, es aún más grande desde aquí abajo, es impresionante, todo de mármol, 50000 personas, enorme, te hace sentir como un verdadero Filpides, ahí esta Sara!! bien, brazos en alto rabia, alegría emoción , quiero disfrutarlo, estoy cumpliendo mi sueño.
Cruzo la línea de meta, ando unos metros para no formar tapón, paro y con la mirada veo todo el estadio, y pienso: “Javi hasta aquí has llegado es tu sueño, es tu sueño hecho realidad” pero también es el fin, y me tapo la cara y lloro porque de alegría también se llora. Ando unos metros mas y ahí estaba esperándome David, nos fundimos en un abrazo, hemos vencido. Como dijo Filipides: “Idi Vinci” o “Niki”
